She's the air I would kill to breathe - Kate Bishop

Toda mi vida he estado ocupado mas con la ciudad que conmigo mismo. La justicia me consumía y no tenía tiempo ni mi hobby favorito, volar en aviones. Si, era mi preferido porque cuando lo hacía me sentía libre, la adrenalina recorría cada parte de mi cuerpo haciéndome sentir mas vivo que nunca, además de que me hacía recordar los viejos momentos con mi padre, antes de que el muera. El lo era todo para mi y el estar montado en un avión y navegar por las extensas nubes de la ciudad era una sensación que nadie lo podía reemplazar, al menos no hasta ese día. Todo comenzó con un apuro por las calles, me encontraba caminando pero casi que corriendo por las calles de Metrópolis haciendo unos trámites que me había pedido la aviación. La multitud de personas chocaban contra mis hombros haciéndome retrasar mi tiempo. Estaba harto ya de tantos líos y decidí apurarme mas. Estaba tan distraído agarrando mi papeleo que no me dí cuenta de que la chica se acercaba a mí. El choqué fue muy fuerte tanto que mi frente cambió a un color rojizo y mis papeles salieron volando por el aire llegando al suelo. Recuerdo como le pedía disculpas y ella me ayudaba a recoger mis cosas y yo las de ella. La verdad es que ese momento para mi no fue una molestia, fue especial, al menos para mi.

"She's the air I would kill to breathe" aquella frase paso por mi mente mientras me encontraba en el baño de mi residencia lavándome los dientes. No podía nergalo, estaba pensando en ella, no se el motivo, o quizás si, pero no lo aceptaba. El azul de su mirada muy parecido a lo profundo del horizonte me hipnotizo aquel día, no podía sacar de mi mente ese instante en el que ella me observo, y yo lo hice a ella. Por un lado estaba enamorado, como lo dije previamente, pero por otro tenía miedo, miedo de no volver a verla, de olvidarla. Todo esto transcurría mientras me vestía para salir a tomar un café. Pero mi distracción cambió cuando mi teléfono que estaba en el mueble al lado de la cama sonó. Como loco fui a cogerlo para ver quien era, la esperanza nunca esta demás.

-¿Alo?- Dije alzando un poco la voz y mi corazón se aceleraba. Definitivamente no había visto ni el numero que estaba marcando, todo fue tan rápido. Se derrumbaron mis ilusiones, no era ella. Se trataba de mi amigo de aviación llamando para ver si podía salir a acompañarlo a hablar en el café. El me había escuchado hablar sobre la chica, y de la forma como me había enamorado de ella, pero por un lado el sabía que aun estaba interesado en ella, y que estaba un poco triste porque ella no me había escrito al teléfono, a pesar de que le di la tarjeta de presentación aquel día. -¿Como estas?- Me cuestionó mi compañero al teléfono. Yo con un poco indeciso le respondí -Pues..estoy bien- El me conocía desde hace muchísimo tiempo, era mi mejor amigo, era mas cualquier otro compañero. -¿Cómo que bien?- Me preguntó con un tono de voz alto, extrañando mi actitud de tristeza. -Me encuentro bien..mi corazón esta bien y eso es lo importante- En ese instante cerré mis ojos y respiré profundamente. -Ah...esto es sobre la chica..Pensé que la habías olvidado- Me respondió mientras descendía mi mirada al suelo con un sentimiento desconocido para mi. La verdad es que no me entendía, quizás simplemente la extrañaba, no lo sabía, era complicado.  -Me vestiré, nos vemos en el café- Alegué mientras colgaba la llamada. Seguido de esto coloqué mis manos en mi cabello y nuevamente inhalé tanto como pude.

Al estar listo y vestido salí de la residencia. El sol de posaba a lo alto de los edificios pero no iluminaba mucho, el clima estaba distinto, era como lluvioso pero con calidez. Como siempre cargaba mi camisa muy elegante acompañada por una corbata negra, mi pantalón y unos zapatos que iluminaba a cualquier dormido que pase por mi lado. La brisa de la tarde chocaba con mi pelo haciéndolo aletear y alborotar un poco. No se que me pasaba, pero en todo el camino no hice nada mas y nada menos que pensar en ella. Los recuerdos que creía yo que se habían dispersado, había vuelvo, haciéndome memorizar cada segundo de aquel encuentro. De tanto pensar llegué a la tienda y pedí un café mientras esperaba a mi amigo. Me senté en las mesas mientras tomaba unos sorbos a mi café. Mi celular sonó y abrí el mensaje que me había llegado, desgraciadamente era mi amigo diciéndome que no podía ir a tomar el café porque se le presentó un problema. Que bien, me sentía solitario en ese momento, pero no podía dejar mi delicioso café ahí sin antes tomármelo.

"I'll love you for a thousand more". Por tanto que me niegue ella era la única chica con la cuál tenía este sentimiento que me enamoraba cada día mas de ella y que hacía que no me de por vencido en nuestra relación. Quizás le haya mentido en algún momento pero estoy completamente seguro de que el amor que siento por ella es puro y verdadero, la amaré por siempre a pesar de todas las cosas, de los obstáculos, porque ella es una de las razones por las que tengo ganas de vivir y una de las razones que me ayudan a vencer el miedo que tengo que afrontar día a día mientras estoy al borde de la muerte. A lo mejor era una forma de tratar de ocultar el miedo que tenía, pero ella era mi todo en ese momento, y perderla aquella tarde en el jardín, fue lo peor. No sale de mi mente en el momento en que ella se alejo de la banca y se esfumó por los verdosos arbustos que nos rodeaban, mientras el sol chocaba con su esbelta figura hasta que se desvaneció y lo único que quedó fue la sombra de ella plasmada en el suelo. Si me pongo a reflexionar fue un momento en mi vida que fue de gran ayuda porque me hizo ser mas fuerte y aprender que no debo mostrar mucho afecto a una persona porque puedo salir herido. De todas formas la vida siempre es así, llena de altibajos, y una de las cosas que siempre tengo presente es que cuándo pierdes a una persona ella se queda ahí contigo recordándote que tan fácil es salir herido, y ella estuvo ahí, como una moraleja, una enseñanza. Ese era el problema, que la tenía en mis brazos en ese momento y no sabía cuál sería mi reacción, estaba entre la línea de no tener sentimientos y de caer en la misma trama de siempre.

Sentía la obligación de sentirme la victima del abandono que ella me dio pero a la vez era imposible hacer eso. La apreciaba tanto que no podía hacerle un daño tan grande como ese. Ella me contestó que se sentía culpable por haberme dejado solo aquella tarde sin despedirse ni nada, pero algo ocurrió según ella y tenía una grandiosa curiosidad en saber que era pero de todas formas no dije ni una sola palabra sobre ello. -Si, te entiendo- Le dije asintiendo con la cabeza y arrugando un poco la frente del dolor que me hizo obtener aquellos recuerdos. En momentos como ese uno desea no tener memoria.

En el momento en que me mostró la fotografía me vino a la mente nuevamente aquel recuerdo, y pude aclarar mi duda, definitivamente era ella la niña de mis sueños, la que siempre imaginaba en mis noches de amores. Había vuelvo a mi y no me había dado cuenta. Mis cuerpo fue testigo de lo rápido que comenzó a bombear mi corazón cuando ella deslizó aquella fotografía de la mesa y me miro con una sonrisa en su rostro. El contacto de su mano con la mía hizo que en mi espalda comenzara una ola de pelos erizados hasta llegar a mi nuca haciendo que hiciera un movimiento de cuello algo extraño para ella. -Yo tampoco lo he olvidado- Le respondí mirándole a los ojos y pasando su mano por mi mejilla para finalizar el recorrido con un beso en la palma de su mano.

Y todo volvió a la normalidad, el ruido del café comenzó a aparecer y la poca brisa que penetraba por la vieja ventanilla del lugar rozaba mi rostro y el cabello de Kate haciéndolo bailar en el aire. La verdad es que me sentía algo incomodo el hablar sobre ese tema del pasado, y me parecía algo tonto, porque estamos en el presente y no quería desperdiciar mi tiempo aferrado a los recuerdos del ayer, así que decidí seguir adelante con la situación y olvidar el pasado. -¿Te apetece ir a mi casa? Allá no hay ruido..y hay..- Le dije quedando un poco pensativo -..¿vino?- Agregué sonriendo de medio lado insinuando en lo mas profundo de mi ser algo pervertido pero sin que ella lo notase.