Alea iacta est (libre)

Yo habia conocido y hablado con el emperador Julio Cesar, de hecho me burle de el de una famosa frase de los heroes y villanos; mas simple es decir que los heroes mueren primero y los demas solo son los que le derrotaron, mas sin embargo esa historia paso sin pena ni gloria...mas que decir del hombre de quien fui instigador en su propio homicidio de la ida de marzo...no fue difícil de convencer a Marco Bruto, el le hacia buen respeto a su nombre.
En fin la historia me hace ser un hombre lo bastante melancólico, por lo que decido hacer lo que mejor hago y eso es ser muy malo, como un simple ladrón...mas por placer que por necesidad; asi que mi primera buena acción del dia para no sentirme aun abandonado en los albores del tiempo es entrar al casino, levantar una metralleta conocida como Tommy Gun y empezar a volar las maquinas de apuestas, los visitantes e incluso a los guardias que venían tras de mi.
Mientras el tambor se vacía, lo tomo lanzandolo por los aires, al final en esta ciudad no seria la primera vez que se usa un fusil Thompson, pero si uno de casi cuarenta años de antigüedad pero pareciera ser casi nuevo; lo bueno de mis viajes en el pasado es que podría traer tantas cosas lindas de otras eras, como este rifle como la lugar de mi cinto, la cual puedo usar con rapidez y acertividad.
Camino entre la gente que viene corriendo y los restos que me encuentro lentamente, mientras abro portales a mi alrededor para tomar cargas activas para mis armas, esta "mesa de armamento" se encuentra en un sitio que en breve mostrare...quizás si estas lo bastante interesado en ello.
Pero hoy no sera el dia de mostrar la Necropolis, estoy en la entrada hacia la bóveda; sonrió con suma fuerza y dándole una patada la abro para mostrar que no hay nada de guardias, pero si una persona: al ver a esta persona le observo con una ceja levantada -tienes hasta tres para decirme que demonios pretendes...- amenazo mientras percuto con rapidez la Tommy gun y espero respuesta.