Circus Circus, honey! | Libre.

por **Byron Sinclair** Jue Jul 25, 2013 8:12 pm

Las Vegas, Nevada. Diez, u once aproximadamente. La noche era un factor plenamente curioso en todo aspecto posible cuando se trata de un crimen. Mucho más, cuando se es capaz de entrar en fase y evitar a las autoridades en todo aspecto posible. Como criminal menor, o en este caso criminal a un grado mayor ante el intento de robo de un Casino, había un repertorio asombroso de ideas relacionadas al precio de la victoria. Todo comenzó con una decisión espontánea sin patrocinios. La búsqueda del equipo adecuado (consistiendo de un simple maletín, y unos cuantos cambios de ropa para jugar el juego del maestro del disfraz) consistió en ir a un Target. Cuando salí, sólo me dirigí a un hotel y tomé una de las habitaciones entrando por la parte trasera del edificio sin usar las puertas. Dentro del caos, debes tomar oportunidad o unirte a la causa ¿A quién demonios podría unirme? No sabía, confiar o no confiar en el ejército era un dilema enorme. Sin mencionar el odio y la rabia acumulados en una sola especie: Mutantes.

En estos momentos, podríamos definir la participación de un hombre vestido con una gabardina de cuero negro encima, cubriendo uno de los proyectos militares siendo en este caso un traje con diversas funciones de procedencia desconocida. Pese a la vestimenta, era útil, en el sentido de la armería guardada en su interior. Nada ofensivo, sólo granadas de mano; específicamente fumígenas en colores negros y pardos. Dos dagas, un conjunto de ocho navajas administrado en los costados de ambas piernas; hay muchas ventajas para una persona ambidiestra. Caminando con total tranquilidad por el área de estacionamiento ubicada detrás del casino y a cercanías del hotel ligado al mismo, fue necesario subir a la tercera planta para entrar directamente hacia el primer pasillo. Era demasiada gente, realizar un robo a tal escala se volvía complicado en muchos aspectos, tal vez una de sus dificultades sería lidiar con el público. Sin en antifaz puesto, no había factor mágico en sí. Quizá, utilizar la excusa del elenco mágico funcionaría, más levantaría sospechas indeseadas en varias ocasiones. Por lo tanto, me acerqué a uno de los mapas disponibles, enfocándome en la zona "exclusiva para trabajadores". Si mis cálculos eran correctos, junto a los rumores del bajo mundo: La bóveda estaba ubicada bajo la sala principal ¿Ahora? Bajar. Simple y sencillo, desplazar las moléculas atómicas de mi cuerpo para caer a una velocidad fantástica, me dejó al borde de la entrada a la enorme caja fuerte. Ahí, las cámaras de seguridad me grabaron con el antifaz puesto, y eventualmente la alarma sonó con desesperación. -Oh, vamos... ¿Qué es la pérdida de un millón o dos?- Sonreí, enérgico.